Le he vuelto a dar un repaso al bote de Nutella, pero esta vez ha sido para hacer un cheesecake o tarta de queso.
Aunque en la receta original decía «servir en porciones pequeñas porque llena mucho», después de comer una ración generosa y repetir, os puedo decir que está tan buena que tranquilamente me hubiera comido la mitad de la tarta.
La receta la he sacado de una web que consulto amenudo, tiene recetas super ricas y muy sencillitas, Peque recetas.
Recordad que como la mayoría de tartas de queso sin horno, esta es una de esas recetas odiosas en que se tiene que esperar una eternidad hasta probarla, a poder ser una noche entera en la nevera. Para quitarme el gusanillo, desde hace un tiempo hago la versión grande y una versión pequeñita para comer inmediatamente de postre.
Si estáis en plena operación bikini casi mejor que dejéis este post para más adelante, este cheesecake tiene una de calorías increible, aunque también está increiblemente bueno, todo es valorable…
Para la base he utilizado galletas María porque era las que tenía por casa, pero la base no ha quedado sólida, así que mejor utilizad galletas tipo digestive y sobretodo mezclarlo muy bien con la mantequilla para que quede compacto.
He vuelto a utilizar el molde desmontable de 26 cm, pero queda un pelín bajito, mejor utilizar un molde más pequeño.
Ingredientes: (molde desmontable 22-24cm)
• 250 gr de galletas de avena o tipo digestive
• 75 gr de mantequilla sin sal
• 1 cucharada de Nutella
• 25 gr de avellanas tostadas
Para el buttercream:
• 500 gr de queso tipo Philadelphia
• 400 gr de Nutella
• 60 gr de azúcar glass
Preparación:
Trituramos las avellanas y las galletas. Mezclamos las avellanas y las galletas trituradas con la nutella y la mantequilla (a temperatura ambiente). Cubrimos la base del molde con la mezcla y presionamos bien para que quede una masa compacta. Reservar en el frigorífico.
Con la batidora de varillas, mezclamos el queso y el azúcar. Batimos hasta obtener una crema suave y homogénea. Vamos añadiendo poco a poco la nutella hasta que esté totalmente integrada.
Vertemos sobre la base de galletas, alisando la parte superior y guardamos de nuevo en el frigorífico.
Opcionalmente, se puede adornar la superfície con una capa de avellanas tostadas.
Dejamos la tarta un mínimo de cuatro horas en la nevera, a poder ser una noche entera.
Espero que os guste. Feliz jueves!!
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